La Estrategia Europa 2020, heredera de la Estrategia de Lisboa 2000, pretende, como uno de sus principales objetivos, conseguir la modernización de Europa en el siglo XXI. Una de las líneas fundamentales en que se apoya este proceso es el impulso al aprendizaje a lo largo de la vida. La participación de los ciudadanos y su desenvolvimiento en una sociedad cada vez más compleja requiere de la mejora continua de sus competencias personales y profesionales para conseguir una economía del conocimiento y una sociedad europea avanzadas.

El sistema productivo, su organización y desarrollo y las tecnologías utilizadas evolucionan de una forma rápida y constante, por lo que demandan un personal dispuesto a la adaptación y actualización permanente de los aprendizajes, de las competencias y de las cualificaciones profesionales. Los retos que plantea la sociedad del conocimiento precisan de un nuevo enfoque en la mejora del nivel educativo y de la formación, que facilite al conjunto de los ciudadanos un adecuado desarrollo personal, social y profesional.

La persona se coloca en el centro del proceso de aprendizaje a lo largo de la vida, lo que supone un cambio fundamental en el modelo de educación y formación para promover su desarrollo como personas activas en la sociedad. De esta manera se prima la demanda personal y sus necesidades de formación, no sólo profesional, sino personal y social, sobre la posible oferta educativa.

El aprendizaje no se concentra en una sola fase de la vida, ni se aborda únicamente a través de contextos formales reglados, sino que se adapta a las necesidades personales y profesionales; por lo que se hace imprescindible flexibilizar las vías de aprendizaje para facilitar la transición entre educación, formación y vida laboral, incluyendo el reconocimiento y la valoración de los aprendizajes obtenidos en contextos no formales e informales.

Este nuevo paradigma requiere de un potente sistema de orientación educativa y profesional de manera permanente para acompañar a las personas en la definición de la trayectoria de su proceso vital. Asimismo, supone una cooperación necesaria y suficiente entre las diferentes instituciones públicas, así como una colaboración cada vez más estrecha entre éstas y los agentes privados, proveedores de la formación y receptores del personal cualificado.

Todas estas propuestas, relacionadas con la formación a lo largo de la vida, fundamentan el modelo educativo y formativo que proporciona el Centro Privado Integrado de Formación Profesional Lyceum. Tanto su oferta de FP reglada online o semipresencial, a través de los ciclos formativos de grado superior, como su oferta de FP para el empleo, presencial y adaptada a la cualificación y recualificación de los trabajadores, se conciben y se desarrollan desde las necesidades de las personas que desean o precisan una adecuación y actualización permanente de sus cualificaciones profesionales.